Cómo transformar 50 dólares en 40 millones jugando en el casino... y perderlo todo

De pedir prestado a ganar millones jugando con el misterioso Señor X

La leyenda del jugador profesional, Archie Karas, es una que todavía se cuenta en las calles de Las Vegas, así como en todo el mundo de los casinos y las apuestas. A pesar de que tenía experiencia jugando póker y billar, su nombre no pasaría a la historia sino hasta comienzos de los años noventa.

Karas llegó en 1992 a Las Vegas con nada más que su auto y 50$; allí consiguió un préstamo de 10.000$, los cuales triplicaría inmediatamente jugando póker en el casino. Después de devolverle el doble a su prestamista, Archie conoció a un misterioso reconocido jugador de billar y póker, del cual siempre se ha referido como Señor X.

Después de entablar conversación, los dos comenzaron a jugar billar apostando altas sumas, se dice que llegaron a jugar 40.000$ por partida. Después de que Archie le ganara más de un millón de dólares, él y el Señor X decidieron jugar póker… donde este último perdería otros 3.000.000$.

El ascenso a leyenda del póker y sus inicios con los dados

Con una suma de alrededor de 7.000.000$, Karas se sentaba en los casinos a esperar que alguien te atreviera a jugar contra él con enormes cantidades. A medida que pasaron los meses, Archie se enfrentó a algunos de los mejores jugadores de póker de la época y de la historia, siempre apostando cifras millonarias.

Con más de 16.000.000$, Karas decidió empezar a jugar dados porque no conseguía quien jugara póker con él gracias a su cada vez mayor leyenda. Increíblemente, el cambio de disciplina no detuvo su racha ganadora.

Se estima que Archie Karas ganó en pocos meses la cantidad de 40.000.000$.

Cuando la suerte se acaba y se pierden millones

La impresionante racha de Archie, que en un momento hizo que estuviese armado y escoltado, llegó a su fin en 1995, tres años después de que comenzara. Apostando sus habituales enormes cifras, Karas perdió todo su dinero en pocas semanas.

Desde entonces ha logrado conseguir millones solo para perderlos otra vez; reforzando su leyenda en el mundo de los casinos.